- Hay una referencia, una idea, una sentencia que se me ha quedado grabada a fuego: tenemos muchos expertos en el hoy pero ninguno en el mañana (Yuval Harari). Si lo extrapolamos a la economía el escenario es inquietante: tenemos que diseñar cómo debe ser la economía del mañana en un momento crucial en el que nadie sabe nada. Aquí 10 reflexiones breves sobre la posibilidad de un mundo mañana.
- Los gobiernos del mundo ya no dirigen mundo, lo administran, pero están fuera de la batalla real que lo dirimirá todo y donde están la mayoría de los todopoderosos de ahora: la inteligencia artificial.
- Las empresas han integrado ya el discurso digital. Todas buscan “cosas” que poner en marcha pero no saben aún para qué, cómo, con quién. Vivir en la incertidumbre genera, al menos a corto plazo, menos producción, más despidos. La economía puede pararse en breve.
- Ya nadie puede hacerlo solo. Las empresas duran menos años, los proyectos son a corto y el mundo co-crea y co-crea porque es imposible tener todas las respuestas.
- Hace 30 años los proyectos exitosos eran verticales porque la clave era el control. Hasta hoy han sido horizontales porque el secreto de la supervivencia era la colaboración. En el mañana todo se producirá en redes yuxtapuestas, en transversales sin gobiernos omnipresentes: nadie estará en el centro y todas las esquinas se conectarán con la misma facilidad que los puntos centrales.
- Tanto andar en busca de la tecnología y la clave estaba en la innovación. Más allá de este principio: la verdad está en las personas, en lo que esas personas pueden hacer con la misma tecnología. Quién sabe si mañana todas las respuestas estarán en la algoritmia.
- El mundo se verá en clave de ciberseguridad. Habrá una réplica de todo lo real en la nube. Hasta las guerras serán ciber.
- Los datos son el material más preciado. Quienes sepan manejarlos, entenderlos, y anticiparlos vislumbrarán modelos de negocio altamente productivos: para qué tantos coches parados cuando una fórmula los moverá con perfecta eficiencia.
- Ojalá hubiésemos escuchado antes a los “locos tech” que nos avisaron de todo esto, hoy la empresa sería otra cosa distinta. Hoy no habríamos cerrado.
- Hay muchos nichos de mercado: mayores, ocio, salud. Lo interesante es poner el foco en algo que resulta obvio: la esperanza de vida nos hará jóvenes a los 60. Ahí hay negocio.
- Asistiremos a la consolidación de un modelo nuevo de empresas, el de las empresas felices.