En un entorno de rentabilidad moderada y una vez alcanzado un elevado nivel de reducción de costes, la banca europea, más allá de las oportunidades de fusión y la consideración aún lejana de posibles adquisiciones a nivel transfronterizo, mira hacia la digitalización global de las entidades y de los modelos de negocio.
La Unión Europea ha dado el pistoletazo de salida con la PSD2 a una nueva visión de la industria en la que todos los operadores intermedian productos de una cadena de valor cada más amplia y se estrujan los sesos por personalizar al máximo los productos para sus clientes usando todas las tecnologías a su alcance: inteligencia artificial, robots financieros, internet de las cosas, interpretaciones y lecturas biométricas, Blockchain y así un largo etcétera que se renueva cada año con un potencial de disrupción apasionante.
Siendo cada vez más difícil pensar en las fusiones y adquisiciones como motor de crecimiento, la banca europea ha puesto sus ojos en el crecimiento digital como alternativa de expansión y consolidación. Estas son algunas de las claves para entender qué pasará en 2019.
Todas las entidades financieras han integrado ya el discurso digital en un sentido amplio. Ya no hay bancos que miren de reojo o de soslayo a lo que pasa en el mundo tech alrededor de la industria. Esto traerá nuevas oportunidades de colaboración entre los creadores de la tecnología (muchas veces las startups pero también los proveedores tecnológicos y los propios empleados del banco) y las entidades financieras.
En Europa ya no se habla de batalla sino de co-creación. Siendo la UE el mayor laboratorio fintech del mundo no tenía sentido establecer una pelea continental entre el mundo del fintech y la banca. Hoy todas las entidades financieras que crecen se apoyan, aunque sea aún tímido el acercamiento, en estructuras de colaboración con el fintech.
La clave no está en la tecnología sino en el modo de solucionar problemas y en el tiempo de resolución de los mismos. Los bancos ya no buscan tecnología IA sino propuestas de servicios y productos que les permitan o bien ser más eficientes o bien lanzar nuevos productos y mejorar la experiencia de usuario.
Innovación, sencillez y time to market: las fintech que propongan soluciones fáciles de implementar y de monetizar a corto, aunque no sean las más disruptivas, ganarán.
La IA, el Blockchain, la RA/VA y el IoT se consolidan como grandes tecnologías de base para el desarrollo de servicios y productos que tienen que tener un vertiginoso proceso de acceso al mercado: lo que no se implante rápido no existirá.
La ciberseguridad es la estrella en 2019. Las startups que desarrollen soluciones en ese campo tendrán más oportunidades de entrar en el mercado porque el pánico a los ataques cibernéticos es mayúsculo. Nadie podrá resolverlo por sí mismo y de ahí que la colaboración con todos los proveedores de tecnología sea la clave.
PropTech, RegTech, Future Retail, Risk Management y Educación Financiera son tendencia en todo los foros internacionales y los emprendedores se fijan cada vez más en las necesidades a corto de las entidades financieras: ahí hay mercado y oportunidades de conexión.
El entorno de colaboración será crossed. Ya no veremos una colaboración lineal del tipo Banco-Aceleradora-Fintech sino que asistiremos a un espacio nuevo de producción en el que todos se cruzarán con todos. Las Aceleradoras corporativas que no sepan internacionalizarse y flexibilizar sus acuerdos de cooperación tenderán a aislarse y las fintech que tengan prohibiciones por NDAs para desarrollar en paralelo no se ajustarán a las necesidades del mercado.
Hay una evidente consolidación, al menos en Europa, de los modelos B2B y B2B2C. Las fintech proponen cosas que las entidades financieras moldean y co-producen para lanzar algo nuevo. Los proyectos de colaboración basados en la inversión intensiva de capital se diluirán porque será más importante el producto que la empresa.
Los empleados de la banca se incorporarán al proceso creativo. El cambio es enorme y por eso es necesario que quienes están en el sector participen y se relacionen con quienes lo quieren revolucionar desde fuera. Los programas de intra-emprendimiento del sector, hoy endógenos, se abrirán para conectarse con ecosistemas globales.