La UE afronta un reto mayúsculo en los próximos años: evitar el colapso económico del mercado interior y relanzar su economía en medio de la tormenta de la transformación digital y la pérdida de empleo. Ahora, cuando es difícil alcanzar la esperanza, es momento de salvar todas las barreras de la administración y la burocracia para sentar las bases de una negociación que, más allá de salvar trabajos y empleos a través de la flexibilización de mecanismos como el Pacto de Estabilidad y Crecimiento o el régimen de Ayudas de Estado, diseñe un futuro común europeo. A este nuevo marco le he puesto nombre, Iniciativa Hope, y estas serían algunas de las claves de su impulso.
Fondo de Recuperación: podría estar dentro o fuera del marco presupuestario de la UE pero tiene que tener una dotación propia, cercana al billón de euros, y sustentarse en fórmulas de reparto complementarias: impacto Covid19, peso sectores más castigados, paro generado, etc.
Los cuatro pilares de actuación del HOPE serían: las economías verde y azul sobre las que se sustentaría un nuevo plan de empleo; la transformación digital (incluye todo lo relacionado con el nuevo empleo digital) para que nuestros negocios salten al futuro y operen en la nueva era digital, la reindustrialización inteligente basada en el co-desarrollo por tecnologías (Impresión 3D, Inteligencia Artificial, etc.) y la consolidación de nuestros ecosistemas de startups y scaleups (es ahí donde se está produciendo la innovación más disruptiva. Hay que redoblar todos los esfuerzos en materia de I+D+i e innovación).
Recientemente la CE ha aprobado algo parecido a todo esto:
En el siguiente enlace se puede consultar un resumen muy claro al respecto: https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/factsheet_1_en.pdf
En síntesis:
- Fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros en dos años.
- Aproximadamente: 140.000 millones de euros para España (11% de nuestro PIB).
- Dos tercios del fondo serán transferencias directas: 500.000 millones de euros.
- Financiado con bonos: deuda a muy largo plazo (30 años: lo pagarán nuestros hijos).
- Se exigirán reformas económicas. Habrá que ver en la negociación cómo queda el marco de exigencia de la condicionalidad: reformas e inversiones, eso seguro. De todo esto aún se sabe poco…
- Se elevaría el techo de gasto del siguiente MFP hasta las 1.85 billones de euros. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que el presupuesto plurianual se mantiene (en realidad crece un poco) y esto hay que sumar otros 750.000 millones de euros del NextGenerationEU.
- En el criterio de reparto se tendrá en cuanta la incidencia de la pandemia en cada país (Italia y España son los países que más fondos recibirán de este paquete).
- Concretamente: unos 72.000 millones de euros vía transferencias directas y cerca de 63.000 mil millones de euros en préstamos.
Pero ojo, que todo esto es una propuesta. Se tiene que aprobar en el Consejo Europeo. La batalla con los países del norte de Europa será bestial pero Alemania y Francia están por la labor… La idea es que en Junio se tiene que cerrar el plan en el Consejo Europeo.
En relación con la formación y el empleo el FSE podría como motor del gran cambio: de los modelos de enseñanza industrial a los modelos de aprendizaje continuo. Este paréntesis en la historia del mundo debería aprovecharse para acabar con todo lo ineficaz y heredado de nuestros sistemas educativos y de formación para el empleo de una vez por todas. La digitalización global genera innumerables oportunidades para conectar las nuevas necesidades y demandas de capacidades de las empresas y las industrias con la oferta formativa común a escala europea.
Poco después de la presentación del Plan de Recuperación de la UE, la Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respondió a las preguntas de los periodistas.
El bienio de oro: en los dos próximos años España tendrá acceso a unos 70.000 millones de euros al año procedentes de distintos fondos y mecanismos de la UE. No aprovechar esa marco de capital comunitario para afrontar las urgentes reformas que necesita el país sería una locura. A las señaladas como pilares de la Iniciativa Hope habría que añadir las siguientes: reconstrucción y transformación digital de nuestro sistema sanitario (habrá una iniciativa específica sólo para este objetivo), reforma integral de nuestro modelo educativo y retos provocados por el despoblamiento: el 5G y el dinero para economía verde son el aval que necesita el mundo rural para provocar su resurgimiento.
Velocidad. Tenemos que correr. El tiempo no espera. Es urgente que el presupuesto de la UE para los próximos siete años esté listo cuanto antes. El 1 de enero deberíamos poder comenzar con todas las operaciones, sin dilación, sin nuevos requisitos de autorización. Lo mismo cabría decir del Banco Europeo de Inversiones: su papel será crucial, necesitamos de todo su potencial financiador para acompañar el gasto y la inversión pública de un programa como este.
Y esta vez las trabas de la administración no deberían ser excusa para llegar tarde, para no hacerlo, para retrasarlo todo más allá del tiempo. Nos va el futuro en ello…